Una obra maestra en la Bahía de Cádiz
Cádiz tiene un acceso complejo. Ubicada en una pequeña península, solo tiene una entrada natural por carretera a través de un estrecho istmo, a la que se añaden otras dos construidas sobre el mar. La más moderna es el puente de la Constitución de 1812, ejecutado y puesto en servicio en 2015 por Dragados.
Esta infraestructura, además de contar con una capacidad potencial de hasta 100.000 vehículos al día, ostenta algunos hitos constructivos que realzan su magnitud y complejidad. Su diseño y dimensiones son, tal vez, lo más característico. Es el tercer puente atirantado con más luz de Europa y el primero de España, con 540 metros entre sus pilares. Además, es el más largo del país, con una longitud de 3.092 metros.
Estructurado en cuatro tramos, cuenta con dos viaductos que dan acceso a Cádiz y a Puerto Real. Cuenta además con un tramo desmontable de 150 metros que permite liberar espacio al tráfico marítimo en situaciones excepcionales. La parte atirantada que lo define alcanza los 1.180 metros de longitud. Un dato más: con 69 metros, es el segundo puente con mayor gálibo vertical del mundo.